Ha llegado una ola de frío polar. Supongo que te habrás enterado, ¿no?
Pero tú quieres seguir saliendo a la montaña o a la nieve.
Mantenerte caliente y con cierto confort en tus actividades al aire libre y en invierno es un reto constante. Pero NO es imposible.
Sudas – tu cuerpo se humedece- y entonces te enfrías.
Sigue estos consejos y podrás estar más confortable en tus aventuras outdoor con tiempo frío.
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- 1 #1 MUÉVETE
- 2 #2 ¡BEBE!
- 3 #3 NO DEJES QUE SE TE HIELE EL AGUA
- 4 #4 COME MÁS
- 5 #5 CONTROLA Y AJUSTA TU RITMO
- 6 #6 AJUSTA TUS CAPAS DE ROPA
- 7 #7 LLÉVATE DOS GORROS
- 8 #8 EL SOL ES TU MEJOR AMIGO
- 9 #9 LLÉVATE GUANTES DE REPUESTO
- 10 #10 ¡PLUMAS AL PODER!
- 11 #11 PRECALIENTA TUS GUANTES Y BOTAS
- 12 #12 SIÉNTATE EN TU MOCHILA
- 13 BONUS: ¡A DORMIR!…(CALIENTE)
#1 MUÉVETE
Este consejo es fácil y GRATIS. 😉 .
Y sobretodo importante.
Cualquier prenda de abrigo funciona de la misma manera: su material retiene el calor que nosotros producimos, evita que escape, y de esta manera nos mantiene calientes.
Tu ropa lo único que hace es ayudarte a “atrapar” el calor que genera tu cuerpo. Es tu cuerpo el que te mantiene caliente. Así que serás tú quién deba generar el calor.
Cada vez que tengas frío, la mejor estrategia para volver a coger calor es empezar a moverte o aumentar tu ritmo.
Vigila los signos de frío de los miembros de tu grupo, especialmente los niños (tienen menos grasa y masa corporal – normalmente – y se enfrían más rápidamente que los adultos).
Cuando hagas un descanso hazlo corto para evitar enfriarte.
#2 ¡BEBE!
Una correcta gestión de los líquidos que tomas puede marcar la diferencia entre regresar bien a casa o pasarlo muy mal.
O lo que es peor: hipotermia.
Ten en cuenta que:
- Un 1% del peso corporal perdido por deshidratación supone aproximadamente un 10% de reducción de tu rendimiento físico
- Una pérdida del 25% puede ser mortal
Así que seamos serios y no digas que no llevas agua porque pesa demasiado.
En condiciones frías y secas te deshidratas más rápidamente de lo que eres consciente. Incluso si no estás sudando mucho.
En muchos casos el ejercicio que realizas es intenso y es fácil que vayas sobreabrigado (un error frecuente en inexpertos).
Y si estás a bajo cero, toda la humedad del aire que respiras está en forma de cristales minúsculos de hielo, lo que acelera tu deshidratación.
Además, una correcta hidratación hace que tu sangre se mantenga fluida y eso te ayudará a mantenerte caliente.
Llévate un termo con bebida caliente. Es un tesoro en los momentos “difíciles”.
Así que…
B-E-B-E F-R-E-C-U-E-N-T-E-M-E-N-T-E.
Truco NINJA: si meas en la nieve fíjate el color que tiene: es un buen indicador de tu nivel de hidratación. Si es casi transparente vas bien. Si es muy amarilla u oscura: ¡bebe insensato!
#3 NO DEJES QUE SE TE HIELE EL AGUA
Si usas un dispositivo de hidratación manos libres tipo “Camel Bak” recuerda soplar por el tubo cuando acabes de beber. Así evitarás que quede agua en el tubo o en la boquilla que podría helarse (estas cosas pasan).
Si la llevas protegida del frío, la bolsa de agua suele aguantar bastante bien pero a partir de ciertas temperaturas el tubo se te puede congelar.
Puedes usar entonces botellas que tengan la boca ancha. Una buena forma de evitar que se te congele el agua es envolver la botella en prendas térmicas o calcetines de lana o similares.
Llevarla bocabajo también ayuda a que no se congele la parte superior, pues la boca de la botella es más propensa a la congelación. De esta forma, cuando la gires para beber el hielo que pueda haberse formado se quedará en la base de la botella.
Eso sí, cierra bien la botella para que no se te derrame el líquido. Podría ser un desastre en temperaturas muy frías.
#4 COME MÁS
Tu cuerpo necesita más combustible cuando las temperaturas son frías.
Por algo se llaman CALORías, ¿no?
Tu metabolismo es capaz de convertir calorías en calor corporal.
Los grandes clásicos son los snacks calóricos y con grasas como el chocolate y las nueces. Las grasas son una “energía de combustión lenta” que mantendrán a tu cuerpo a tope en el largo plazo y esto es aún más importante cuando está helando ahí fuera.
Las cosas han avanzado mucho y podemos encontrar en el mercado multitud de preparados y barritas energéticas a base de carbohidratos (con índices glucémicos moderados o bajos) y que además suelen aportar vitaminas y minerales necesarios para situaciones de ejercicio como vitaminas el grupo B, la C y la E.
No somos expertos en nutrición y cada cual tiene sus preferencias y teorías. Escucha a tu cuerpo y haz lo que te siente bien.
Eso sí… ¡come!
#5 CONTROLA Y AJUSTA TU RITMO
Reducir al mínimo tu transpiración en temperaturas frías es crítico para mantenerte caliente. La ropa mojada provoca que el calor salga de tu cuerpo.
Procura mantener un ritmo que te mantenga caliente sin que te haga sudar demasiado.
Si el evitar sudar no es una opción porque no quieres/puedes ir más despacio o, por ejemplo, estás en un ascenso pronunciado y exigente, entonces cerca de la cima o del final reduce tu ritmo para que te permita parar de sudar. Eso sí, asegúrate que tu cuerpo genere suficiente calor para secar tu primera capa de ropa (tu camiseta térmica).
💡 ¿Sabes como elegir ropa térmica y conoces el merino y sus superpoderes?
#6 AJUSTA TUS CAPAS DE ROPA
A veces, en actividades muy exigentes no es posible evitar transpirar. Tendrás que “jugar” con tus capas de ropa.
Por ejemplo, si no hay viento y tu nivel de esfuerzo es alto, probablemente solo necesitarás una capa transpirable que te aísle del frío (una chaqueta) sobre una primera capa también transpirable y de secado rápido (una camiseta térmica de merino o de sintético).
Si hace viento, te puede ir bien una chaqueta impermeable y transpirable (en gore tex por ejemplo) que te proteja de la lluvia y el viento (pero no te aporta calor), sobre una capa intermedia como un forro polar para mantenerte caliente.
Cuando estás realizando una actividad muy exigente como ski de fondo (en la que tu movimiento genera “viento” hacia tu cuerpo) o una actividad moderada como raquetas de nieve, viste un soft shell cortavientos y más transpirable para evitar sudar demasiado y que permita evacuar la humedad de tu primera capa más rápidamente.
Si no sabes lo que es un soft shell, viene a ser como un “impermeable – forro polar – cortavientos” en una sola prenda (que me disculpen los puristas). Cumple las 3 funciones bastante bien pero no tan bien como las prendas específicas (en un soft shell y bajo lluvia intensa se acabará colando el agua por ejemplo).
Si quieres más info sobre lo que es un soft shell, aquí lo explican bastante bien.
Equipación de calidad que te puede ayudar en tu lucha con el frío:
Columbia Cascade Ridge II softshell
Outdoor Research Uberlayer Hooded Jacket
#7 LLÉVATE DOS GORROS
Abrigar tu cabeza es fundamental. ¡Hazlo con cabeza!…
Es una buena idea llevarse dos gorros: uno muy cálido para cuando descansas o estás realizando un esfuerzo en temperaturas muy bajas y otro más “ligero” para cuando estás realizando un esfuerzo fuerte en temperaturas moderadamente frías y no quieres “sobrecalentarte”.
Cuando lleves puesto el gorro muy cálido guarda el otro (que puede estar húmedo si has sudado) en un bolsillo cerca de tu pecho para que se seque rápidamente.
#8 EL SOL ES TU MEJOR AMIGO
De igual manera que buscas la sombra en verano para descansar en un día caluroso, en temperaturas frías busca realizar tus descansos al sol.
Te parecerá evidente pero muchas veces nos olvidamos.
Si puedes trata de descansar en un lugar refugiado del viento y sino, de espaldas a él.
#9 LLÉVATE GUANTES DE REPUESTO
Si se te enfrían los dedos, luego cuesta mucho volver a calentarlos, ¿no?
Llévate dos pares de guantes y pon el segundo par en un bolsillo de tu chaqueta para que tu cuerpo los mantenga calientes.
Si se te enfrían los dedos, quítate los guantes que lleves puestos y calienta tus manos con tu tripa o en los bolsillos de tus pantalones contra tus muslos. Cuando tu sangre haya vuelto a tus dedos ponte los guantes que has mantenido calientes dentro de tu chaqueta y pon los guantes fríos en ese bolsillo.
Esto es también un buen método para secar guantes mojados, pero coloca los guantes mojados en un bolsillo de una chaqueta impermeable y transpirable (GoreTex por ejemplo) así la humedad no traspasará a tu cuerpo.
Además, llevar un par de guantes de repuesto es una inteligente medida de seguridad en invierno. Nunca sabes si una racha de viento, una caída, un daño en el guante como una “raja”, un “descosido” o incluso una avalancha podría hacer que pierdas uno (o dos) guantes dejándote sin el uso funcional de tus manos. Esto te pondría en riesgo de congelación y limitaría tu capacidad de maniobra.
Finalmente, las manoplas son más cálidas que los guantes porque los dedos se benefician del calor colectivo y se enfrían más fácilmente cuando están aislados. Cuando la destreza no es crítica (o en frío extremo) usa manolplas en vez de guantes o unas manoplas sobre unos guantes “ligeros”.
Aquí tienes varias ideas para proteger tus manos:
#10 ¡PLUMAS AL PODER!
Si vas a hacer una parada larga, vístete con un buen plumas (o sintético) inmediatamente para evitar que tu cuerpo empiece a enfriarse rápidamente.
Sácatelo justo antes de volver a empezar a moverte para no “sobrecalentarte”.
Por cierto, conoces las alternativas sintéticas a las plumas?
#11 PRECALIENTA TUS GUANTES Y BOTAS
Los dedos de las manos y los pies se enfrían muy fácilmente ya que son la parte de tu cuerpo más alejadas de tu corazón. Además, una vez se han enfriado el cabrón de tu cerebro ordena cortar la circulación a estas partes (vaso constricción) para evitar que la sangre fría vuelva a tu corazón y así mantener el centro de tu cuerpo caliente.
La solución: pre-calienta tus guantes y tus botas cerca de una fuente de calor (estufa…) antes de salir fuera. Así tus dedos de las manos y los pies estarán calientes en el mismo momento que te vistes y sales al exterior.
Por ejemplo, si vas a la nieve, mientras conduces puedes dejar tus botas cerca de la calefacción (sin pasarte) o en el asiento de atrás en vez de en el maletero que estará mucho más frío. También puedes guardar tus guantes dentro de tu chaqueta cerca del pecho.
Y como última solución, si estás en el exterior y tus dedos y pies no se calientan puedes usar calentadores químicos dentro de tus guantes y botas.
¿Los conocías?
- Calentadores químicos para las manos
- Calentadores químicos para los pies
- Calentadores químicos para el cuerpo
…te pueden salvar el culo.
#12 SIÉNTATE EN TU MOCHILA
Vigila donde te sientas en tus descansos.
El suelo, las rocas y todos los objetos naturales están congelados en invierno y te “chupan” el calor de tu cuerpo por conducción térmica.
Para evitarlo, pon tu mochila en el suelo y siéntate encima de ella.
BONUS: ¡A DORMIR!…(CALIENTE)
Duerme abrigado.
Sobre todo en las zonas propensas a perder calor como la cabeza y los pies.
Incluso dormir con el calzado puesto puede resultar una gran idea, no sólo por protección de tus dedos, también para que no te encuentres congelado el calzado por la mañana.
Y ya te lo dijimos… eso de dormir en el saco sin ropa es un mito.
¡A disfrutar del frío!
Si te ha gustado y crees que puede ayudarle a alguien, compártelo en tus redes sociales.
Y tú, ¿conoces algún truco para luchar contra el frío?
Francisco Cervera Pinazo dice
Magníficos consejos.
montanerosviajeros dice
¡Gracias Francisco! A disfrutar del frío… 🙂