Sueña a lo grande.
Entonces, piensa en pequeño.
Empieza con algo pequeño.
¡Pero empieza!
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La aventura está ahí fuera
A todos nos gustan las aventuras. ¿No es así? Te inspiran, te renuevan la energía (aunque acabes agotado), te llenan de vida, te retan y te enriquecen.
¡Y son divertidas!
Si nuestra vida fuera una peli nos gustaría que hayan escenas de acción, buenos paisajes, encuentros con gente interesante, retos, situaciones que resolver… y cuando salgan los créditos quedarte con la sensación de que ha valido la pena.
El problema está en que a veces (muchas veces, y lo sabes) vemos muchas pelis que no son la nuestra.
Grandes aventureros que despiertan nuestra admiración, documentales en lugares remotos, perfiles de amigos en FB que están en montañas lejanas… Y piensas… ¡Ojalá tuviera más tiempo y dinero!
Te voy a contar un secreto: no hace falta mucho tiempo ni dinero para vivir aventuras.
¿No te lo crees? Sigue leyendo…
No necesitas vivir una aventura épica para vivir una aventura.
No necesitas volar a la otra punta del globo para hacer una expedición.
No necesitas ser un atleta de élite, cachas como un gladiador, o rico para vivir una aventura.
Como dice nuestro amigo (ejem, bueno no es nuestro amigo pero nos cae muy bien y le admiramos mucho 😉 ), el aventurero “profesional” Alistair Humphreys:
La aventura es solamente un estado de ánimo.
La aventura es retarse a sí mismo; mental, física o culturalmente. Se trata de hacer lo que normalmente no haces y haciéndolo lo mejor que te permita tu habilidad.
Y la verdad es que la aventura está alrededor nuestro, todo el rato. Incluso durante tiempos económicos difíciles como estos que estamos viviendo. Tiempos en los que, creo, salir a la naturaleza se disfruta aún más, es más vigorizante e importante.”
Esto lo dice un tío acostumbrado a grandes expediciones.
Una persona que ha estado cuatro años dándole la vuelta al mundo en bicicleta, ha cruzado Islandia a pie y con un packcraft, ha remado el Océano Atlántico, ha atravesado 1.500 km del desierto de Rub al-Jali o ha recorrido India caminando.
Lo dice alguien que fue nombrado “Aventurero del año 2012” por National Geographic.
Habrá que darle una oportunidad de escucharlo, ¿no crees?
Todo el mundo quiere más aventura en su vida
Nadar en ríos, disfrutar de amaneceres y atardeceres en silencio, o dormir bajo las estrellas.
A casi todo el mundo (tú seguro si estás leyendo este blog) le gustaría tener más aventura en su vida.
Te explicamos como puedes solucionar esto y hacer todas estas cosas incluso con tu ajetreada vida de trabajo, desplazamientos diarios y familia.
No necesitas estar en forma ni estar curtido en mil batallas “outdoor”. Tampoco necesitas vivir en un iglú, en una casita en el árbol ni en una cabaña de pescadores en la Noruega “profunda”.
¡La aventura está más cerca de lo que piensas!
Aquí van un par de pistas para ayudarte a empezar…
1. No te preocupes si no eres una persona “aventurera”. Todo el mundo tiene que comenzar en algún punto. Empieza con algo pequeño. ¡Pero empieza!
2. Lo más difícil es empezar. Hacer el esfuerzo de abrir la puerta de casa y salir ahí fuera. Sal a caminar bajo la luna llena. Los lugares familiares y conocidos se ven muy diferentes después del anochecer.
Si observas lo ordinario con una mirada nueva podrás ver la aventura en cualquier lugar.
Haz tiempo para tus Microaventuras
El mayor obstáculo que se interpone entre nosotros y las aventuras que soñamos suele ser el tiempo.
Las microaventuras consisten en aprovechar al máximo lo que tenemos disponible, estrujando pequeñas ráfagas de aventura en nuestro saturado calendario en lugar de simplemente lamentarnos de lo ocupados que estamos.
Pero Jorge, Jeni, ya llevamos más de 626 palabras del post y aún no tengo claro qué c*ñ* es una microaventura…
OK, tranquilo. Te lo vamos a explicar:
Una microaventura es una aventura cercana, breve y barata. Algo que puedes hacer en una tarde o en un fin de semana. Que está justo en el perímetro de tu zona de confort.
Algo sencillo, pequeño, que te da un poco de miedo pero que a la vez te apetece.
Eso es una microaventura.
Las microaventuras te servirán para desfogarte, entrenar y aprender.
Para no olvidar qué se siente cuando uno duerme al aire libre y reconectar con la naturaleza.
Un mundo con más microaventureros sería un mundo más feliz.
Sólo hay que atreverse.
Para que te hagas una idea, estas son las normas que propuso Alastair en su blog:
- El viaje debe empezar y terminar en la puerta de casa (o de la oficina)
- Debes cubrir, con medios de transporte no motorizados, una distancia que sea moderadamente difícil para ti.
- Debe tomar unas 24 horas
- Tienes que dormir al aire libre (preferiblemente sin tienda)
- Tienes que nadar en algún sitio
- Las reglas son obedecidas por los tontos y sirven de guía a los sabios
Como dice Alastair, sólo son normas orientativas pero con ellas te puedes hacer a la idea de qué va todo esto.
Vale, vale, todo esto está muy bien pero no acabo de verlo claro. ¿Me puedes decir algo más concreto?
OK. Perfecto. Tienes razón. Basta ya de teoría y vamos con la práctica. Los aventureros somos gente de acción. 😉
Vamos a usar como ejemplo el reto de un año de microaventuras de Alastair.
En este reto te propone hacer una microaventura cada mes. Y te lo pone fácil. Te da un listado de ideas, el material necesario y hasta un calendario (donde puedes pegar las fotos de tus aventuras).
Aquí tienes el calendario:
Se trata de una forma de vivir más aventuras a pesar de las jornadas interminables y los calendarios apretados.
Una oportunidad de explorar tus alrededores y de enseñar a tus amigos o familia las actividades al aire libre.
De pasar más tiempo con tus colegas o de tener tiempo para pasarlo con quien debería ser tu mejor amigo: TÚ.
AHORA VAMOS CON LAS EXCUSAS (DE SIEMPRE)…
Cualquier cosa que requiera compromiso, un poco de organización y esfuerzo siempre tiene que superar algunos obstáculos.
Y como lo sabemos, vamos a intentar anticiparnos y darte algunas respuestas.
#1. “No tengo tiempo…”
Supongamos que tienes 117 días no laborables en tu calendario.
Si trabajas muy duro y estás demasiado ocupado para pasar 12 tardes del año en una colina: amigo, eres exactamente el tipo de persona que más se beneficiaría de ver algunos amaneceres y atardeceres.
Esos momentos mágicos que olvidamos apreciar cuando estamos muy liados. (Truco: yo siempre me pongo una alarma poco antes del atardecer para recordarme a mi mismo, si tengo la ocasión, de salir fuera a mirarlo o contemplarlo desde una ventana).
No sé cuantas horas trabajas al año. Evidentemente depende de cada caso. Supongamos que 1.780 h. El año tiene 8.760 horas así que te quedan 6.980 h en las que no estás en el trabajo.
Si decides hacer 12 microaventuras de “17h a 9h” sólo suponen 192 h de las 6.980 h. Visto así, ¿tampoco es tanto, no?
Sé que es complicado sacar tiempo libre de nuestras vidas pero creo firmemente que vale la pena.
Si has leído el post de “No esperes a mañana” ya sabes que me gusta usar la muerte para poner todo en perspectiva y apreciar más intensamente las cosas que nos regala la vida.
Calcula el día de tu muerte aquí (yo la tengo “programada” para el día 5 de julio de 2049) y ponla en tu calendario. No hay nada como una fecha límite para empujarte a la acción. 😉
Creo que nadie en su lecho de muerte se arrepentiría de haber dedicado algunas horas para salir al aire libre a ver algún atardecer o bañarse en un río.
#2. “Hace frío…”
Tienes razón. Lo sé. Según donde vivas o en que estación del año te encuentres hace frío fuera.
Tendrás que llevarte algunas cosas para mantenerte caliente:
- Saco de dormir
- Esterilla
- Funda de vivac
- Toldo ligero (o “tarp”) para protegerte de la lluvia
- Prendas impermeables
- Ropa de abrigo
- Frontal o algún tipo de luz
- Agua y comida
Aquí tienes más información.
Empieza con algo pequeño. Prueba de dormir fuera aunque sea en un jardín. O realiza alguna actividad que no requiera pasar la noche fuera.
Lo bueno es que si superas esta etapa, te servirá de entrenamiento y te resultará más fácil salir fuera cuando haga más calor. Aprenderás mucho.
Sigue leyendo y más adelante encontrarás ideas.
#3. “Es muy caro…”
Realmente no necesitas muchas cosas para empezar con tus microaventuras.
Seguramente ya dispondrás de muchos de los elementos necesarios.
…y sino prueba a pedirle a alguien que te lo deje.
…y sino empieza realizando actividades que no requieran de material específico. Realizar una salida nocturna es muy barato. Con abrigo, un frontal y unas pilas (¡no las olvides!) tienes suficiente.
La naturaleza es gratis my friend.
#4. “No sé qué hacer. No se me ocurre nada…”
Perfecto. Estamos aquí para ayudarte.
Si no se te ocurre nada eres el candidato ideal para empezar con las microaventuras.
Una vez empieces irás mejorando, tendrás más ideas, verás tu entorno con otros ojos y empezarás a convertirte en un PRO de las microaventuras.
Puede ser lo que tú quieras. Lo único que necesitas es curiosidad, ganas de perderte un poco, explorar nuevos lugares y conocer tus propios límites.
Ahí va una lista con un montón de ideas (¡40!) para que vayas probando:
- Duerme al aire libre. No uses tienda de campaña. Busca la naturaleza.
- Báñate en un río, lago o en el mar
- Márchate solo
- Haz una microaventura con un amigo
- Hazla con un familiar
- Haz microaventuras “temáticas”: ríos, colinas, montañas, playas, bosques…
- Duerme al lado del mar
- Duerme bajo la luna llena
- Sal a observar estrellas fugaces
- Duerme en tu jardín
- Reto 12×12: visita 12 lugares que no conozcas (12 playas, 12 ríos, 12 colinas, 12 amigos…). Uno cada mes del año por ejemplo.
- Desplázate a estos lugares en bici
- Desplázate a estos lugares a pie
- Haz kayak en un río o en el mar
- Aprende a identificar una nueva especie de pájaro o de árbol
- Sal a buscar comida al supermercado del bosque: moras, madroños, espárragos…
- Haz una microaventura con algún desconocido (por ejemplo algún Montañero Viajero del grupo)
- Visita un lugar abandonado
- Ves a un rocódromo a probar y pasar la tarde
- Apúntate a un club de montaña, espele o barrancos
- Haz una salida nocturna en bicicleta
- Haz una salida nocturna caminando
- Súbete a un tren y bájate en una parada que no conozcas
- Recorre un sendero que conozcas y rétate: hazlo más rápido, con más peso, haz más fotos…
- Coge tu cámara y haz un “safari fotográfico”
- Monta una cena romántica con vino y velitas al aire libre
- Prueba a hacer surf o bodyboard una tarde
- Nada todo lo lejos que puedas en el mar (que te acompañe alguien en kayak por ejemplo)
- Invita a alguien que sólo conozcas de las redes sociales a cenar
- Abre googlemaps, cierra los ojos y apunta a un lugar: ves ahí (ajusta el zoom en función de lo lejos que este dispuesto a llegar)
- Coge al próximo autoestopista que te encuentres
- Prueba un reto de 30 días (esta charla lo explica – activa los subtítulos en español)
- Participa en un meetup (grupos de gente con los mismos intereses. Hay de todo: senderismo, yoga, escalada, música en vivo, aprender inglés, blogging… Además es una buena forma de conocer gente).
- Camina una ruta que normalmente hagas en coche (al trabajo, a casa de tus padres…)
- Ves a una isla
- Ves al punto más alto que elijas
- Ves al nacimiento de un río
- Prueba couchsurfing (como huésped o como anfitrión)
- Visita tu propia ciudad. Busca un folleto turístico y haz el guiri.
- Haz cualquier cosa que requiera planearla un poco, entrenar y algo de esfuerzo
CONCLUSIONES
Para acabar un vídeo de Alastair cuando vino a Barcelona a dar una charla y donde sale la mar de feliz bebiéndose una Xibeca en Montserrat antes de hacer vivac… 😉
No veas las microaventuras como algo inferior a una aventura. Como el hermano pequeño y feo de las grandes aventuras épicas. No lo son.
Si cambias el chip, entonces una microaventura es exactamente lo mismo que una aventura. Captura la esencia, el reto, la diversión, el aprendizaje y la excitación. TODO esto se mantiene.
Una microaventura es igual que una aventura pero está cerca de casa, es barata, simple, corta y, SÍ, muy efectiva.
Tiene el espíritu y los beneficios de una gran aventura.
Las lecciones que te enseña, la perspectiva que te da, la simplificación de la vida, el excitante escape de tu rutina, el contacto con la naturaleza y lo salvaje, la oportunidad de pisar fuera de tu zona de confort y de la vida “real”: ESO ES LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE.
Y tú, ¿conocías el concepto de microaventuras? ¿Lo has probado alguna vez? Déjanos tu comentario y compártelo en las redes sociales (compartir es sexy y da buen karma).
Begoña dice
¡Hola chic@s!
Me ha flipado la entrada.
Me habéis transmitido ese espíritu microaventurero, jejeje, geniales propuestas y es verdad, que el que no vive la vida así es porque realmente no quiere. No hay excusas que valgan más que las que nos montamos en nuestras cabezas y lo habéis más que demostrado 😉
Voy a compartirla por eso de que es muy sexy más que nada…. 😛 jajajaja
Abrazoteeee montañeros viajeros!! y gracias!!
montanerosviajeros dice
¡Hola y gracias Begoña! Creo que en un párrafo lo has explicado mejor que nosotros… 😉 Fuera excusas y a mover el culo! Jejeje La vida o es una aventura o no es nada. (Cuando quieras hacemos una microaventura juntos. En todo lo que escribes se nota tu amor por la naturaleza).¡Un abrazo muy fuerte y gracias por compartir…como decimos en el post, un mundo de microaventureros sería un mundo más feliz! 🙂
Joseba Z. dice
¡Qué grandes sois!!
Vuestros artículos son aire fresco para re-engancharte a la aventura.
Yo he sido u yonki del deporte y la aventura toda mi vida. a los 29años, en enero de 2012, preparándome para opositar a bombero me lesione la rodilla. Entrenaba 6h al día y casi todos los días me iba a correr a la montaña.
Lo disfrutaba tanto que las horas volaban. PEERO…
La lesión duro 4 años.
A principios de 2016, Yo era un yonki del sofa y apenas salia a andar un par de fines de semana al mes. Tenia pereza de moverme y me daba miedo salir a correr de nuevo.
Tenia miedo de fastidiar la rodilla.
GRACIAS A ARTICULOS COMO ESTE, tan motivadores…
Gracias a personas super positivas como Jorge y Jeni…
Gracias a esa envidia sana de ver a gente hacer lo que ami me gustaba…
Volví a empezar poco a poco a ponerme las pilas.
Ahora, 3 meses después de volver a empezar a entrenar, me siento con fuerzas de aprovechar otra vez las tardes y los fines de semana para vivir mis propias aventuras.
Gracias pareja!!!
A ver cuando organizáis un fin de semana aventurero ¡¡¡que yo me apunto fijo con vosotros!!!
Un abrazo
Joseba Z.
montanerosviajeros dice
¡1000 gracias por tan bonitas palabras Joseba Z.! Nos alegra saber que nuestros artículos ayudan a la gente a motivarse y salir al aire libre. Nuestro objetivo es fulminar excusas y empujar a la gente a gastar sin medida la suela de sus botas. Las lesiones son una p*t*d*a pero son parte del juego y del peaje que hay que pagar por usar nuestro cuerpo con intensidad. Prefiero que me duela el cuerpo por “usarlo demasiado” que no por estar todo el día sentado en una silla.
Nos gusta que nuestros artículos sean aire fresco pero el mejor aire fresco es el aire que está libre.;)