Hola y adiós.
Habíamos ahorrado mucho para ir a Nueva Zelanda y por aquel entonces pensábamos que sería el viaje de nuestra vida (ahora andamos con un gran proyecto entre manos que pronto te desvelaremos).
Como sabíamos que era un lugar muy especial donde tendríamos muchas oportunidades de ver vida salvaje en estado puro decidimos comprar nuestra primera cámara réflex.
Por decirlo de una manera poética, conseguimos que nuestra cámara se “sumergiera” totalmente en esta naturaleza virgen.
El día que estuvimos aquí (Peninsula de Otago) había una tormenta polar brutal que nos regaló poder ver las olas más bestias que jamás hayamos podido contemplar.
Imagínate, estábamos en frente de una colonia de focas y no les hacíamos ni caso. Mirar como el mar golpeaba con furia los acantilados nos robaba a puñetazos de espuma, olor a salitre y salpicaduras el 120% de nuestra atención.
No sé en qué piso vives pero probablemente llegarían hasta él esas olas. Y no exagero.
Estábamos en un mirador de madera que literalmente colgaba de un acantilado observando como una foca con cara de miedo (sí, las focas también ponen cara de miedo) luchaba con las olas para tratar de no ser golpeada de forma mortal contra las rocas.
Por sorpresa, una ola GIGANTE golpeó contra el acantilado y literalmente nos devoró. Íbamos con un guía, 2 italianos y una australiana que inmediatamente huyeron corriendo con más cara de miedo que la foca (que por cierto no volvimos a ver).
Jeni y yo, que a veces se nos va un poco la cabeza y nos quedamos alucinando con estas oportunidades, gritábamos medio locos y tratábamos de volver a ver a la foca.
El guía nos pidió que nos fuéramos corriendo de ahí y luego nos comentó que nunca había visto unas olas así.
La ola nos mojó por completo y también a nuestra cámara. Con agua salada.
Ese día perdimos una cámara pero ganamos un momento que no olvidaremos jamás.
Un recuerdo imborrable que no cabe en ninguna tarjeta SD.
Aquí tienes en exclusiva el instante en que nos devoró la ola y el último vídeo que nuestra valiente cámara pudo grabar justo antes de que su pantalla se apagara para siempre…
RIP valiente.
Gracias por ayudarnos a abrir bien los ojos a través de tu visor. Ojalá hubieras podido ver todo lo que hemos visto desde que te marchaste.
Ola y adiós.
Y a ti, ¿te ha pasado algo parecido?
Clara dice
Jajajaja, sois unos máquinas. Yo hubiera hecho lo mismo, y si me dejan casi que me tiro, jajaja. Qué lujazo…
montanerosviajeros dice
Jejeje!!! Nos gusta tu actitud Clara! Aunque tú sabes bien lo que a veces cuesta conseguir una cámara y cuesta despedirse de ella… Aunque por lo menos, fue una despedida épica! 😉 Un abrazo MUY fuerte y que tengas un año de genial!