¿Qué es eso que suena?
Tic…tic..TIC…TIC,TIC,TIC, ¡¡¡SHHHHHH!!!
Está lloviendo ahí fuera. Muy fuerte.
O normal, no sé. Te escribo esto desde Dalhousie (Sri Lanka). Es una lluvia tropical. “Normal”.
Cierro la ventana sin prisa, decido no coger el chubasquero y salgo a la calle.
¡Qué bien sienta la lluvia cuando llevas varios días a más de 30ºC con una humedad qua abraza con fuerza todo tu cuerpo!
¿Sabes? A veces la lluvia es un buen motivo para salir a la calle.
Perdona, que se me va la cabeza a las nubes.
Como te acabo de decir estoy en Dalhousie. En la base del pico de Adán (2.243 m).
Estoy aquí porque voy a subir los 5.000 escalones junto con miles de peregrinos. Es día de Poya (luna llena) y nadie se lo quiere perder. Hoy me he despertado a las 1:00 am (sí, de la madrugada) con la única misión de ver el amanecer desde ahí.
Sigo casi en piloto automático la rutina de siempre antes de hacer un trekking: zapatillas de montaña bien abrochadas, polar por si hace frío arriba, el chubasquero para el aire y por si llueve, braga, gorro y guantes, gafas de sol, protector solar, agua. Algo para picar también.
Vaya, lo que hay que llevar siempre.
¿Siempre?
Salgo a la calle abarrotada de autobuses que vienen de todas partes y no paran de escupir peregrinos.
Me fijo un poco. Veo a una mujer muy mayor con unas flip flop (chancletas), un bastón, una bata de Hello Kitty como abrigo y un gorro de Navidad para el frío (no es broma). ¡Ah! Y con un brillo en sus ojos y muchas ganas.
Veo a un hombre descalzo, con un niño en brazos y con guantes de jardinería ¿…para el frío? ¡Ah! Y cantando canciones a las que todo el mundo se va uniendo y que nos ayudan a dar un paso más. Y otro. Y otro…
Me miro a mí y me siento hasta un poco ridículo.
¿No será que a veces vamos sobreequipados? Igual no quedaría tan bien un anuncio de North Face con un tío en chanclas, pero ¿la aventura es menos aventura si vas con un gorro de Spiderman y descalzo? No sé que decirte. Nunca lo había pensado antes.
¿Sabes? A veces tu actitud es tu mejor equipación.
Después de 10.000 escalones ya he llegado al hotel. Vaya sudada. Aunque no lo parezca hace un poco de frío. Estamos a 2.000m de altitud.
Pienso en lo bien que me va a sentar una ducha calentita mientras me voy quitando la ropa. Intento adivinar cual de los 4 grifos (sí, ¡4 grifos!) tengo que abrir y voy probando.
Grifo nº 1: agua fría
Grifo nº 2: agua fría
Grifo nº 3: para limpiarse el culo… este ni lo pruebo.
Grifo nº4: para los pies. Me tendría que duchar de rodillas…mmm…no.
Vuelvo al grifo nº1 y me doy una de las mejores duchas de mi vida.
Nada más salir de la ducha mi cuerpo empieza a generar calor, me siento más vivo que el día en que nací y hasta estoy de mejor humor.
¿Sabes? A veces el agua fría te da calor.
Me seco con la toalla. Huele a curry. ¿Esto es algo malo o es algo bueno?
No sé, me gusta.
Siempre, siempre hay otra forma de entender y de hacer las cosas.
¡Eh! ¿Qué es eso que suena?
Tic…tic..TIC…TIC,TIC,TIC, SHHHHHH!!!
Está lloviendo ahí fuera. Muy fuerte.
Tranquilo, no es un deja vu…
Es como antes pero … ZAS… ahora se acaba de ir la luz.
Sin mucha luz en la habitación decido mirar por la ventana. Me estaba perdiendo el reality show de las 16h. Pero esta vez sí que es realidad y si que es un show.
Decenas de autobuses un poco psicodélicos haciendo un puzzle para caber en la explanada que hay justo en frente de mi ventana.
Miles de peregrinos con su equipación de montaña. 😉
Las llamas sutiles de gente prendiendo fuego en cocos para fabricar aceite para las velas de las ofrendas.
Flores. Muchas flores para que la gente las pueda depositar allá arriba, en las estupas para Buda.
Entonces decido ser yo quien apaga la luz. Cierro mis ojos. Empiezo a pensar.
Saboreando cada idea que cruza mi mente y asimilando. Despacito.
¿Sabes? A veces a oscuras, si cierras bien los ojos, se ve mucho mejor.
Paso un rato observando, bailando con mis pensamientos y decido abrir la tapa de mi portátil.
No te lo había dicho pero hemos cogido una habitación con wifi para poder conectarnos con nuestra gente y poder escribir en el blog.
No hay nada como estar lejos para querer sentir cerca a tu gente.
La habitación tiene WiFi y va muy bien. Algo que no es siempre habitual por aquí.
Se me ha olvidado contarte un detalle. Ahora, como no hay electricidad…no hay WiFi.
No había pensado en esta posibilidad. Hace tanto tiempo que en mi casa no falla la electricidad.
Cojo aire, me pongo a teclear y sin darme cuenta escribo estas 847 palabras del tirón.
Sin notificaciones ni interrupciones.
Sólo tú y yo.
¿Sabes? A veces apagar la WiFi te da una mejor conexión.
Cuando cambia tu contexto, cambias tú. Y empiezas a entender…
Piénsalo.
PD: con este post inauguramos una nueva sección y etapa en el blog. También en nuestra vida.
Acabamos de empezar un viaje sin billete de vuelta por Asia. Y esto lo vas a notar y sentir en nuestras próximas publicaciones.
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